Las crisis de ansiedad

Miguel Ángel Manzano – Doctoralia.es

Las crisis de ansiedad, más allá de los síntomas.

Vamos a conocer en mayor profundidad que son y que no son las crisis de ansiedad.
Muchas personas por haberlas sufrido conocen cuáles son sus síntomas:

  • Palpitaciones
  • Elevación de la frecuencia cardiaca
  • Sudor temblores
  • Sacudidas
  • Sensación de ahogo o falta de aliento
  • Sensación de atragantamiento
  • Opresión o malestar en el pecho
  • Náuseas o molestias abdominales
  • Mareo, vértigo o sensación de desmayo
  • Inestabilidad
  • Hormigueo
  • Sensación de entumecimiento
  • Escalofríos o sofocaciones
  • Percibir las cosas o percibirse a sí mismo de forma extraña
  • Miedo a morir, volverse loco o perder el control
  • Necesidad de evitar o huir de ciertos sitios o personas

 

Pues bien, si suena como un pato, anda como un pato, y parece un pato ¿qué es? Efectivamente, un pato.
Si varios de estos síntomas te suenan, tu pato es la ansiedad.
Para poder entender las crisis de ansiedad, primero es importante conocer la ansiedad.

¿Cuándo experimentamos la ansiedad?

Para que aparezcan los síntomas que hemos visto, el cerebro debe haber disparado una señal de alarma. Y para que se inicie esa respuesta es necesario que se haya percibido un peligro, externo o interno, del mundo fuera de la piel, o de dentro del mundo de la piel. En resumen, para que haya ansiedad tiene que haber percepción de peligro.

¿Para qué sirve la ansiedad?

La respuesta rápida es para la supervivencia. Es posible que esta respuesta te sorprenda porque la has vivido más como un riesgo que como una ayuda, así que veamos el siguiente ejemplo.

Imagina o recuerda la siguiente situación de peligro. Estás cruzando una calle, andas un poco despistado, y a mitad del recorrido escuchas un claxon, y un frenazo que se acercan a ti. ¿Qué haces? La mayoría de personas respondería: “¡apartarse!”.

Pero ¿Qué ha provocado que te apartes? Ya sé que la primara respuesta es el coche que se acerca, pero analicemos un poco más.

¿Qué ha provocado dentro de ti la necesidad de apartarte? Muchas personas pensarían que haberse dado cuenta de que viene, haberlo pensado. Pero lo cierto es que entre que lo piensas o te das cuenta, sufres el riesgo de que te atropellen. Es un mecanismo más bien lento, que podría provocar la muerte. Puedes hacer muchos experimentos, ¿cuánto tardas en cerrar los ojos si cuando te lanzo una bola de papel tienes que pensar: “cuidado con bola, cierra los ojos”?

Como ves este funcionamiento no sería demasiado adaptativo, y no se corresponde con cómo vivimos. Entonces ¿cómo nos lo explicamos?

¿Qué hace que seamos capaces de escapar tan rápido?

Podríamos decir que el instinto de supervivencia, y ¿sabes cómo llamamos los psicólogos a ese instinto? Efectivamente, ansiedad. Un mecanismo que nos permite protegernos frente a los peligros potenciales.

La ansiedad, es un mecanismo que durante toda la evolución ha servido para los organismos sobrevivan, por eso también es conocida como la respuesta de lucha o huída.

¿Por qué? Porque son los dos mecanismos básicos de la supervivencia. Si hay un depredador delante lo mejor que puedes hacer es salir corriendo o enfrentarte al depredador, todo dependerá de hasta qué punto valoremos que podemos vencer al rival.

Sé que hay otra alternativa que sería quedarse congelado, no es la más habitual y es el recurso para cuando no identificamos de donde viene el peligro. Para evitar correr en dirección al depredador lo que hacemos es no movernos, hacer como si no estuviéramos para que el depredador no nos vea.

¿Cómo funciona la ansiedad?

Para ayudarnos a escapar lo que hace el organismo es prepararse.

  1. En primer lugar, se segrega adrenalina y noradrenalina, para crear la sensación de nerviosismo e inquietud, ¿para qué?

Pues imagina que está un hombre primitivo tumbado bajo un árbol haciendo la digestión después haber comido. De repente aparece un depredador, y hay que ponerse a correr ¡qué pereza! Para evitar cualquier tipo de duda lo que hace el organismo es crear la necesidad de movimiento.

  1. En segundo lugar, el corazón empieza a bombear más sangre y más rápido para que aportar más energía. ¿cuál es la energía del cuerpo?

El oxígeno.

  1. Por eso, en tercer lugar, la respiración se acelera para que haya más energía en el cuerpo para huir o luchar con más potencia.
  2. Finalmente, la sangre y la energía se acumula especialmente en las extremidades para poder correr más rápido. ¿En ese momento es más importante poder correr que resolver ecuaciones de segundo grado!

¿Cómo se crean las crisis de ansiedad?

Cuando se pone en marcha todo esa respuesta por parte del organismo, lo que haría cualquier animal sería poner a correr o luchar, pero ¿qué hacemos los humanos? Pensar.

Pero si no hacemos ejercicio, luchamos o corremos, ¿qué pasa con toda esa energía? Que se acumula y nos acabamos emborrachando de oxígeno. Lo que se conoce como hiperventilación.

Y es entonces cuando notamos las sensaciones que recordábamos al inicio.

 

Las causas de los síntomas de las crisis de ansiedad.

Mareo o sensación de inestabilidad, como consecuencia de la hiperventilación y de la opresión de las cervicales como respuesta al susto.

Si te fijas una de las cosas que hacemos cuando nos asustan es tensar los hombros y así oprimimos las cervicales que acaban provocando esta sensación.

Esta sensación de inestabilidad provoca que muchas personas teman que se van a desmayar. Hay que destacar que la posibilidad de desmayarse no es un síntoma habitual de la ansiedad. ¿por qué? Porque para que uno se desmaye tiene que haber una caída brusca de la presión arterial, y cuando experimentamos ansiedad nuestra presión arterial sube. Podríamos decir que es un momento menos propicio para desmayarse, aunque lo parece.

Hay un tipo de ansiedad donde sí que es normal desmayarse, como respuesta a la sangre o todo lo que esté relacionado, heridas, hospitales, inyecciones, etc.

Dificultad para respirar, es una sensación muy desagradable porque puede parece que te asfixias. Pero lo cierto es que es todo lo contrario. Como consecuencia de estar acumulando excesivo oxígeno y no consumirlo con el ejercicio físico, el cuerpo necesita dejar de acumular más aire, y para eso lo que hace es quitarte el control de la respiración durante un rato. Así consigue equilibrar el nivel de oxígeno, dejando de respirar o haciéndolo muy lento, no incorporamos más aire mientras se va quemando el que tenemos acumulado. ¡bien por el cuerpo!

Es un organismo sano, es imposible asfixiarse al aire libre, porque lo último que haríamos antes de asfixiarnos sería respirar. El cuerpo dispone de un termostato que mide si tenemos demasiado aire, y nos obliga dejar de respirar, y que también mide si hay poco aire, obligándonos a hacerlo.

Taquicardia y palpitaciones, como ya he comentado es la sensación de que nuestro organismo se haya puesto a trabajar para dar más energía a todo el cuerpo.

Es una sensación similar a la que tenemos después de hacer deporte intenso, pero el problema es que no le encontramos explicación y se nos puede confundir con un ataque al corazón.

Hormigueo, pérdida de sensibilidad o palidez, como consecuencia de que gran parte de la sangre del cuerpo se dirija a las piernas, el cuerpo pierde color. Además existe la teoría de que la sangre tiende a acumularse hacia el centro del cada parte del cuerpo, hacia las zonas menos superficiales, para evitar perder mucha sangre en caso de herida.

Opresión, dolor o pinchazos en el pecho, como consecuencia de un volumen mayor de aire en los pulmones, éstos se expanden y chocan contra las costillas provocando la sensación de opresión. Si esta tensión se mantiene la musculatura pectoral está más fatigada y sentimos dolor o pinchazos, que de nuevo podríamos confundir con problemas cardíacos.

Calor, sofoco, sudor, escalofríos, como vengo comentando la ansiedad está preparada para que el cuerpo se ponga a hacer deporte. Pero si alguna vez has ido a ver algún espectáculo deportivo habrás visto que antes de competir, los deportistas calientan. ¿para qué? Para evitar lesiones, lo que hacen es calentar la musculatura.

¿Si se nos acerca un león le podemos pedir tiempo para calentar? Yo tampoco lo creo, por eso el organismo dedica una gran cantidad de energía a calentar el cuerpo para evitar lesiones durante la huída o la lucha. Para que el calor no suponga un problema, se inicia la sudoración y el contraste con el ambiente puede provocar los escalofríos.

Percepción extraña, lucecitas o visión borrosa, recuerda que frente una amenaza nuestro objetivo es huir o luchar. Para tener éxito es muy importante saber muy bien por donde miras. Como linternas no hay muchas en la jungla, lo que hace nuestro ojo es dilatar rápidamente la pupila para que entre más luz y veamos donde ponemos el pie. Es la linterna natural.

Temblor o pinchazos. Podríamos decir que la ansiedad es el deporte en estático. El cuerpo se prepara para la acción pero no nos movemos. Aún así hay un gran consumo de energía que se traduce en fatiga. Los músculos han estado tensos y como consecuencia están agotados, ¿y que le pasa a tu cuerpo después de una paliza haciendo deporte? Pues que tiembla, igual que cuando nos hemos pegado una paliza de ansiedad.

Dificultad para pensar, como ya comenté antes, una parte de la sangre de la cabeza se retira hacia las extremidades, brazos y piernas. ¡Es más importante correr que pensar! No es la mejor situación para resolver los enigmas de la vida delante de un león…

Nauseas o molestias abdominales. Con este síntoma nos encontramos con un problema de incompatibilidad. La sangre necesaria para huir es mucha. Igual que la sangre para digerir. Si acabaras de comer y de repente aparece un león ¿qué harías? Seguirías digiriendo o te pondrías a correr? El cuerpo decide lo mismo, detiene la digestión desde el inicio, la boca, por eso se nos seca, y si tenemos gran cantidad de comida la expulsa par que no se una molestia. Si no hay vómitos hay molestias porque la digestión se ha ralentizando o incluso detenido.

Cualquier sensación interna temida. Todas las neuronas de nuestro cuerpo están enviando continuamente información a nuestro cerebro sobre su estado. Como es información repetitiva y muy aburrida no le hacemos caso. Pero cuando no sabemos que nos pasa, y miramos demasiado nuestro cuerpo encontramos cosas que siempre han estado ahí, pero a las que nunca habíamos atendido. Por ejemplo, si quieres puedes notar tu corazón en el dedo índice, sólo es cuestión de que te concentres y notarás los latidos en el dedo.

La ansiedad como problema.

Una vez que ya sabemos por qué nuestro cuerpo responde de esta manera nos podemos plantear, qué hace que nuestro cuerpo se comporte así. Para revolver esta incógnita te planteo 3 preguntas:

  1. ¿cuál es el único sistema de supervivencia que dispone el organismo? ¿lo sabes? Exacto la ansiedad.
  2. ¿qué se generará en el organismo cada vez que se presente un peligro? ¿lo sabes? Exacto la ansiedad.
  3. ¿Cómo se defenderá el organismo cuando la ansiedad sea percibida como un peligro?¿lo sabes? Exacto la ansiedad.

En los humanos, cuando la ansiedad es percibida como un peligro lo que hacemos es intentar liberarnos de ella ¿cómo? Luchando huyendo.