Nuevas redes, nuevos caminos.

Nuestras experiencias previas, tanto las tempranas como las más recientes, han moldeado nuestra neurología creando unos patrones habituales que en determinadas circunstancias se activan de forma automática.

La terapia pretende poner atención y justificar estos patrones para que la persona los pueda observar. Además, se explican desde una perspectiva evolutiva para desculpabilizar que no soy yo el que funciona mal, si no que, dadas unas determinadas circunstancias, es biológicamente razonable que mi sistema nervioso haya adoptado esas estrategias.

Una vez revisada la biografía de nuestro sistema nervioso, y habiendo empatizado y mostrando una actitud compasiva, llega el momento de la práctica, llega el momento de estar dispuesto, o como diría Byron Kattie, “estoy deseando”.

Estoy deseando que pase lo que he procurado evitar para que mi sistema se active y poner en práctica observar la reacción automática y moldear cariñosamente mi actitud hacia un nuevo patrón, más actual sobre mí mismo, más alejado de las circunstancias que crearon mis antiguos mecanismos protectores.

En terapia, se proponen diferentes ejercicios y prácticas que pretenden ser el entrenamiento de estas habilidades, aprender a estar en contacto con el malestar automático sin dejarse arrastrar y progresivamente ir creando una nueva actitud.